lunes, septiembre 07, 2009

School crush


Finalmente. Lo tenía tan cerca.


No habían pasado ni dos semanas que entré a esa facultad cuando me topé con su figura, y quedé prendida a ella. Y cada vez que me topaba con el frente a la cafetería no podía evitar a mi mente viajar a un mundo igual pero distinto, donde existía todo y no existía nada, porque todo eramos el y yo juntos y nada era todo lo demás. Y ahora, estaba tan cerca. Podía distinguir el color miel de sus ojos, reflejando los míos; y podía contar cada una de las pecas de sus hombros; trataba de poner atención a lo que decía, pero me era imposible si también trataba de que no notara mi nerviosismo, y como mi mano temblaba aferrándose fuerte del lápiz. Pero a la vez todo era muy fácil. Me era mas fácil incluso respirar a su lado. Me era mas fácil distinguir los placeres de la vida, me era mas fácil arrullarme con el sonido del viento. Quise que lo notara, y a la vez no. Quería mirarlo directo a los ojos para que se diera cuenta que desde la primera vez que lo vi se habia convertido en mi dueño y que cada día buscaba mirarlo, tan solo unos instantes, para darle sentido a los segundos que iban dandole fin a mi vida muy lentamente. Pero no quería que supiera que era una niña ilusa e infantil que se había enamorado de un chico sin ni siquiera saber su nombre y que inventaba historias en su mente sobre como sería el resto de su vida si lo tuviera a su lado.

La ilusión duró muy poco, apenas unos minutos. Fue por pura coincidencia, una grata casualidad que mi amigo sea también su amigo y que justo ese día se me había ocurrido pedirle ayuda con una materia. Y ahi lo tenía sentado a mi lado, mirándome a mí, hablándome a mí, ayudandome a mí sin ni siquiera conocerme. Fui un instante de su día, una chica mas con la cual hablar. Y quizas despues de esos momentos el se olvidó por completo y siguió su rutina. Pero para mí, fue un sueño que se volvió realidad, después de tantas veces de haber planeado un encuentro casual, fue el plan que nunca realicé, seis meses de andar en las nubes me habían bajado a la realidad, pero a una nueva realidad en donde era posible, que solo tal vez, lo platónico dejara de serlo, y tenerlo así de cerca otra vez, fuera tan real como el problema de matématicas que me explicó y aun así lo saqué equivocado.




(Imagen obtenida de deviantart. No me pertenece.)

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