lunes, junio 22, 2009

Cap. 2 "Estaba escrito"

Nota: El Jacob POV estará en azul, y el de Bella en amarillo de ahora en adelante.

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Cuando por fin dejo de llorar. Me besó. Por primera vez en su vida, Bella me besó. No como algo obligado, o forzado. Fue algo que nació de su corazón. Y yo que pensaba que no había nada mejor que sus labios diciendo mi nombre, no se comparaba con sus labios puestos sobre los míos. Salados por las lágrimas, pero suaves y jugosos. Fríos. Era un pedacito de cielo para mí. La tomé suavemente la cintura y acerque un poco nuestros rostros. Ella rodeó mi cuello y se poso sobre sus rodillas, para estar a la misma altura que yo sentado. Mordí suavemente su labio inferior, y ella sonrió contra mis labios. Se llamaba destino.
- Te amo Jacob – dijo cuando la solté para sonreír también. – Desde ahora no hay nada aparte de ti y de mi. Y perdona… - la interrumpí con un rápido beso.
- Amor, por favor no lo arruines pidiendo disculpas. Hoy me has dado el mejor regalo del mundo, y con eso es suficiente para olvidar todo lo que he sufrido por ti. – hizo cara de que iba a empezar a protestar, pero la volví a besar. Y es que ahora que sabia que no rechazaría mis besos, como antes, no podía parar. Sus labios se amoldaban perfectamente con los míos, eran como dos piezas de rompecabezas encajando. Intentaba mantener nuestro beso dulce, pero la satisfacción que me causaba saborearla, me obligaba a abrazarla mas fuerte para sentirla mas cerca. Ella seguía sin protestar. Sus manos comenzaron a envolver mis brazos y tocaban suavemente mi piel. Era como envolverse en una manta de seda.
Finalmente rompí el beso y pose mi frente en la de Bella. Mire sus ojos para extasiarme una vez mas de la realidad que había en ellos. Amor. Deseo. Por fin lo veía. Me deseaba tanto como yo a ella.
Pero era todavía muy pronto para pensar en ello. En sus ojos también había dolor, y sabia que tenia que darle tiempo para asimilarlas cosas, y dejar que el vampiro, mi fiel rival, abandonara su corazón.
La tome de la mano y la levante. Caminamos así por la orilla de la playa. El sol ya se había escondido y el cielo era de un color azul, reflejando el mar. No le pregunte nada mas. No necesitaba saber, sin embargo Bella llenaba de vez en cuando el silencio con respuestas a preguntas que no me atrevía a formular.
- Se fueron ya de Forks … Me prometió que no volvería a molestarme ... No me pude despedir de Alice ...

Después de un rato de disfrutar de su compañía, se despidió de mi. Pero prometió volver al siguiente día. Aun tenía que hablar con Charlie y explicarle la situación. Me beso por ultima vez en los labios, y yo le regale en beso suave en la frente.
- Todo estará bien, Bella. Te amo.
Sonrió. Sonrió para mi. Sonrió por mi.
- Lo sé.



Estaba hecho. Ya no había vuelta atrás. Pero yo no me arrepentía. Fue terrible, pero las cosas se iban a poner mejor. El amor de Jacob, ahora que era oficialmente mío (supongo que siempre lo fue, pero ahora yo lo aceptaba con gusto), opacaba el dolor que sentía por despedirme de Edward.
Por supuesto que iba a doler, no se por cuanto tiempo, pero iba a doler. Eran demasiados recuerdos felices a su lado. Edward me ayudó a comprender tantas cosas. Fue como una estrella fugaz que pasaba por mi cielo sin luna para iluminarlo por un momento. Pero ahora en mi cielo existía el Sol, y nada lo podría mover de ahí.
Quizás estaba escrito. El destino, o como lo llamen. Quizás Edward era la llave para llegar al corazón de Jake, por extraño que suene ahora.
Sin embargo, recordar su rostro casi causaba a mi corazón saltarse latidos. Una figura tan perfecta fuera de este mundo. Exacto. Edward no pertenecía a mi mundo, ni yo al de el.
Estacione el coche fuera de mi casa y me di un momento para secarme las lágrimas antes de entrar. La patrulla de Charlie ya estaba estacionada. Suspiré. Al menos, decírselo a Charlie no sería difícil. No me sorprendería que llorara de felicidad.

Cuando entre a la cocina mi padre estaba cenando el spaghetti que le deje a calentar antes de salir. Me miro extrañado y me invito a sentarme a su lado.
-Hola papá.
- Tienes algo – dijo sin rodeos. Mi miro de reojo y dijo molesto - ¿Te hizo algo ese chico de nuevo?
- No yo… yo terminé con él.
Dejo de comer súbitamente. Clavo sus ojos en los míos y sentí como digería la noticia. No se si no me creía, pero no salto de felicidad como pensé que lo haría.
- ¿Estas bien? – yo se que Charlie no es a los que les das detalles sobre el rompimiento con tu novio.
- Lo estaré. Fue por Jacob, papá.
-Pero por supuesto Bella, ¿Por qué otra cosa terminarías con Edward? Que bueno que por fin lo decidiste.
¿Qué acababa de decir?
-¿A que te refieres?¿Porque no te sorprendes?
-Bella, yo sabía que este día iba a llegar. El día que te dieras cuenta de que Edward no era para ti. Has sufrido tanto por ese chico, que cuando regreso lo único que quería era tomar mi rifle y darle en los..
-¡Papá!
-Es que hija, no te diste cuenta como sufrí yo contigo. Ni como sufrió Jacob por ti. Pero yo le prometí al chico que todos sus esfuerzos no serian en vano; que tu eres una mujer inteligente y que elegirías lo mejor para ti y para todos. Se que tardaste en decidirte porque Edward es tu primer amor, y siempre lo será. Siempre lo llevaras contigo. Pero ahora veras como las cosas se van a equilibrar. Jacob es para ti; lo supe incluso desde que jugaban juntos de niños. Tu solías estar enamorada de chiquilla de Jake, quizás ya no lo recuerdas. Pero ya estaba escrito. Edward fue solo algo pasajero.

En mi vida hubiera creído que escucharía a mi padre darme un discurso sobre amor. Y aunque era raro, el no podía tener mayor razón. Le sonreí y el beso en la nuca, mientras volvía a tomar un bocado de spaghetti.
Ya no había nada mas que decir. Las cosas poco a poco se irían acomodando solas. Y todo sería fácil, por primera vez en mi vida.

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