sábado, junio 20, 2009

Cap. 1 "Amor de piedra"

Maldita vida que me toco. Todo se complica. Sobre todo estos instintos que no me dejan vivir en paz. Si no fuera por ella, ya no sería Jacob Black. Probablemente viviría en forma de lobo escondido entre los árboles, devorando lo que me encuentre a mi paso para tratar de olvidar el idiota destino que me mando esta maldición. O bendición, que se yo. Quizá sí sea la mejor forma para obtenerla. Si me deshago de ese estúpido vampiro “señorito perfección”. No, Bella no me lo perdonaría, entonces tampoco la obtendría. Me quedaría solo, además con una culpa inmensa por dejarla sola a ella. Ya sé lo que tengo que hacer. Olvidarla. Dejar de verla. Mandarla al carajo. -"Jacob, Bella te fue a buscar a tu casa, dijo que te esperaba en la playa. Embry la está cuidando en lo que llegas. Ella no lo sabe." -"Gracias, Leah."Ahí vamos otra vez, la misma historia de siempre. Ella sonreirá y yo volveré a caer perdido en el inconmensurable cariño que le tengo. Y seré suyo otra vez, aunque ella no me acepte. Seré todo suyo, sin poderlo evitar.



Mirarla se podría comparar como tomar una dosis de éxtasis. Si me olvidaba de la realidad, que todo era una ilusión y jamás podría pasar de un amigos x siempre, me daba el subidón. Olvidaba tomas mis agonías y me concentraba solo en ella. En hacerla feliz. Pero hoy, era diferente. Al llegar a la playa, se encontraba donde las olas rozan la orilla de la playa, con los pies en el agua, mirando hacia el horizonte. El sol estaba en su punto mas bajo y pintaba todo de rojo. Incluso su cabello se veía mas oscuro y le endurecía la cara. Pero no era solo eso. Tenia una mirada fría, pensativa. Como si estuviera preparándose para una pelea de box y pensara donde darle mas duro a su oponente. Solo esperaba que su oponente no fuera yo.
Me acerque a ella lentamente, mientras percibía cada vez mas fuerte su aroma. Bella, cuando no llevaba ese hedor irritante de vampiro, olía como a una flor. Una flor que todavía no conozco, pero que se que existe y seguro lleva su nombre.
- Jacob.. – sonreí sin poderlo evitar. El sonido de mi nombre saliendo de sus labios era la cosa mas dulce. Pero seguía con esa mirada dura.
- Bella, ¿Qué pasa? ¿Estás bien?
- Necesito hablar contigo. – Entonces, se acerco a mí, con sus ojos clavados en los míos, he hizo lo que menos me esperaba. Levantó su mano hacia mi rostro y acaricio mi mejilla tan suavemente, que no pude evitar a mi corazón saltarse uno o dos latidos. Tenía algo que decir, algo importante. Y solo había dos cosas importantes que podía decir que cambiarían el resto de mi existencia. Cada una de ellas dibujando un camino completamente opuesto. Uno doloroso, sin sentido, casi asesino. Y el otro, por el que había deseado desde el día que la conocí, que cambiaría los colores del mundo y lo haría todo mas fácil. Y me haría feliz.

- Bueno, escupe ya, cariño. No me puedes dejar así con la duda.
Fue lo único que pude decir después de que nos sentamos en el árbol tan familiar para nosotros. En donde por primera vez había notado sus oscuros ojos, y la manera en que se mordía el labio cuando termina una frase.
Ella no decía nada, solo me miraba fijamente a los ojos, como dudando. Así que fui paciente, y le di todo el tiempo necesario. A fin de cuentas, ya tenia una idea de lo que venía, y yo necesitaba prepararme también.
- Vaya, no pensé que me fuera más difícil que lo que hice ayer…
Se mordió el labio, y miro el horizonte. ¿Y que hizo? Rayos, ¿Por qué no era mas directa? Si para ella era difícil, para mi lo era más. – Jacob.. – otra pausa larga. – Es que me da mucho miedo de lo que pueda pasar después de que te lo diga. Y no hay forma fácil de decirlo, así que yo sólo – pero su voz se empezó a entrecortar. Vi la primera lagrima caer y fue lo que arranco de mi esa agresividad feroz de romper en pedazos al cabrón que la lastimó. Pero en vez de eso, hice lo único que podía hacer; abrazarla fuertemente y demostrarle todo mi cariño, para que entienda que pase lo que pase jamás estará sola.
- Dime de una vez que te hizo el chupasangre para poder empezar a planear mi venganza y evitar que te vuelva a romper el corazón.
Pero mis palabras no fueron de mucha ayuda, y Bella empezó a llorar más. No tenia idea de lo que estaba pasando, pero seguí haciendo lo mío. Después de unos minutos sollozando entre mis brazos, por fin levantó la cara y me miró a los ojos.
- Jacob, el nunca me haría daño y lo sabes. Es que esta vez… fui yo quien le rompió el corazón.
¿Acaso estas soñando, Jacob Black?
- ¿A que te refieres? – la mire incrédulo a lo que acaba de escuchar. Pero simplemente se volvió a morder el labio, y miró hacia el mar. Tome su cara entre mis manos y le sequé las lagrimas, la obligué a mirarme a los ojos hasta que por fin lo hizo. En ellos había una mezcla de vergüenza, tristeza y.. ¿era eso pasión? – Bella, por favor, dime lo que hiciste.

- Lo siento Jake. Es que me siento como un monstruo. Lo único que hago es dañar a la gente. Dar esperanzas, romper corazones, usar a los que me quieren como pañuelos, mientras mi idiota corazón no se puede decidir. – dijo, entre un mar de lágrimas. – Pero eso se acabó Jake. Es que Edward y yo se acabó. Ya no existe. Lo terminé.



Alguien golpéeme de una vez, y despiérteme de este sueño.

.
.
- ¿Por qué?
- ¿Por quién mas, tontuelo? –todavía estaba llorando, pero le creía. Me miraba con amor, y sí, era pasión. Se secó las lágrimas y hasta sonrió un poco. – Lo hice por ti. Por nosotros.
- No lo entiendo.
- Ayer tuve un sueño…


-¿Quieres entrar mas al agua, cariño?
Era yo. Pero me veía diferente. Estaba en esta misma playa. Ella era la cosa mas perfecta que había visto. Tan pequeña y tan frágil. Pero tenía tanto de ti. Tu cabello oscuro, y tu sonrisa. Creo que tenía mis orejas. La tenía abrazada en mi pecho y jugábamos con las olas. Nos veíamos tan… felices. No había miedos. No había amenazas. Nada mas que el mar, la arena.. y el Sol. Tu no estabas en el sueño Jacob, pero sin embargo, te sentía ahí. No se porque, pero sabia que tu formabas parte de esa dicha. No podría ser de otra forma.
- Mami… dijo sonriendo.
Fue ahí. En ese preciso momento. Ahí supe mi destino.


-Cuando desperté, fue lo mas doloroso del mundo. – otra vez había lágrimas en sus ojos, llenas de dolor y desesperación. – Edward lo supo de inmediato, y yo no podía hacer otra cosa mas que llorar. Porque por fin entendía que a su lado yo no soy nada. No puedo crear nada de ese amor. Un amor de piedra. Un amor sin alma… yo, yo no…
Bella empezó llorar con fuerza, de manera que ya no pudo decir nada. Se tapo la cara con las manos y se escondió entre sus rodillas. La abrace como acto reflejo. Sentí su cuerpo temblando entre mis brazos, y sin que ella se diera cuenta, sonreí. A pesar de lo extraño de la situación. Porque yo había tenido ese mismo sueño tantas veces. Porque quizás mi corazón estaba seguro de que esto algún día pasaría, si esperaba lo suficiente. A fin de cuentas, yo era su Sol. Yo era su Jacob. Y ella, siempre fue mi Bella.

No hay comentarios: